
Me hundía, y sin avisar apareciste 
vos. Cuando pensaba que todo iba a seguir igual, que las cosas no iban a cambiar, me 
transformaste, me diste alegría, me diste ganas de seguir, me enseñaste a 
 “amar” y te amé como a nada en el mundo.  
“Lo bueno dura poco”, dicen y duró poco. Así que como apareciste, en un abrir y cerrar de ojos ya no estabas mas. El tiempo pasó, y con el tiempo pasaron nuevas cosas y nuevas personas por mi vida, pero vos siempre seguiste allí, intacta en mi memoria.
    Un día así como desapareciste, volviste a aparecer, intacta como siempre. El tiempo dirá, ojala seamos dos, ojala seamos dos corazones tomando del mismo vaso.
    Lo deseo y mucho.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario